Se recordó en ella que Messi tiene contrato hasta el 2021 y no solo eso, se añadió que la intención del club sigue siendo que el argentino se quede más años hasta su retirada, como rezaba aquel guion memorizado y amable hoy hecho pedazos. El club de destino, que pretende obtener al crack sin pagar traspaso, debería aceptar entonces el riesgo de que un tribunal laboral diera la razón al Barça con la correspondiente indemnización. Curiosamente, uno de los episodios que iniciaron el desencuentro entre los actuales gestores del club y el crack fue el infructuoso intento por traer de vuelta a Neymar una vez este se arrepintió de haber abandonado el Camp Nou. Ya a esa edad Leo mostraba el carácter que le acompañaría el resto de su carrera en el club. Leo Messi portó la camiseta de Newell’s de Diego Armando Maradona y, tras anotar un gol, levantó las manos al cielo para dedicarle el tanto. Así, con su ya clásico gesto de levantar las manos y mirar al cielo le dedicó a Maradona su tanto.

Por las redes sociales comenzar a aparecer fotos que mostraron no solo la similitud del gesto de Messi de hoy con el de Maradona luciendo la casaca rojinegra. Allí, estuvieron presentes Thiago, de ocho años, Mateo, de cinco, y Ciro, de tres, e incluso en las redes se viralizaron algunas de las reacciones de los pequeños al histórico momento que su padre estaba protagonizando. Se siente como algo tan imposible como inevitable, y las ondas de choque emocionales seguirán resonando durante un tiempo, aunque se quede. Durante las últimas cinco temporadas, tanto en la liga como en las copas, Messi se perdió 41 partidos. Fueron casi igual de buenos en términos de pases y posesión, y de hecho se convirtieron en un equipo más rápido y más activo en la presión durante su ausencia. Probablemente no resulte sorprendente, ya que Messi no es exactamente Roberto Firmino en términos de presión, y menos a los 33. Pero sin quien tal vez sea el mejor jugador del planeta en la definición, fueron mucho más mortales en remates y goles en jugadas a pelota parada. Hoy por hoy la directiva blaugrana tiene ante sí el peor de los panoramas: señalada como culpable (ayer se agolparon más de un centenar de aficionados en las oficinas del Camp Nou para pedir la dimisión de Bartomeu), planteándose si denunciar al mejor jugador de la historia y viendo volar la posibilidad de al menos hacer negocio (como hizo Florentino con Cristiano Ronaldo, vendiéndolo por 100 millones) para taponar una caja fuerte llena de grietas.

El delantero portugués del Real Madrid Cristiano Ronaldo disputaba en el partido de ida de la Supercopa de España ante el Barcelona su segundo encuentro del curso, y fue protagonista con un golazo y una celebración para la historia. La historia se difundió como la pólvora y es fácil encontrar hoy en día a alguien que asegure haber sido testigo de esta escena. También la marca de la pipa es la firma que viste a Inter, otro de los interesados en quedarse con Messi con el dinero chino de la familia Zangh como espada, pese a que en las últimas horas parece haber quedado rezagado en la carrera por el futbolista argentino. De acuerdo, un cambio de nombre, y la consecuente ola de ventas de las nuevas camisetas, podría ser una manera decente de generar dinero a corto plazo. Se estima que a mediano plazo el club catalán perderá más de 137 millones de euros entre los sponsors y las ventas de camisetas que su ídolo generaba.

Como Samuel Eto’o, ex delantero de Barça, le dijo a la prensa argentina recientemente: «Barcelona es Messi, y creo que, si Messi decide marcharse, tendremos que cambiar el nombre del club». El aspecto emocional de este potencial movimiento sería estridente, ya que la última temporada completa de Barcelona sin Messi en el primer equipo fue en 2002-03. (Terminó sexto en La Liga ese año; Patrick Kluivert, actual director de la academia de Barça, fue su máximo goleador). Un promedio de 2,28 puntos por partido en una muestra que incluye tanto La Liga como la Champions League es excelente, a pesar de algunas decepciones aquí y allá. Pero supongamos que, aunque Messi se vaya, un equipo llamado FC Barcelona sale a la cancha en La Liga y la Champions League en la temporada 2020-21; sería lógico suponer que el equipo seguirá siendo muy bueno. Aunque ya tiene amigos dentro del vestuario como Di María, Neymar o Leandro Paredes.

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